La resistencia es la capacidad de volver a la forma original después de haber sido doblada, estirada o comprimida. Es la capacidad de recuperarse fácilmente de la enfermedad, la depresión o la adversidad. ¿Cómo te las arreglarías si perdieras todo lo que tienes hoy? ¿Cuál sería tu siguiente paso? ¿Cuánto tiempo estarías deprimido, molesto y enfadado? ¿Qué necesitarías para levantarte y empezar de nuevo? ¿Qué capacidad de recuperación tienes? ¿Podrías soportarlo? ¿Podrías aprender de todas tus decepciones y volver a empezar? ¿Qué haría falta?
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En primer lugar, haría falta mucha autodisciplina. Haría falta mucha autoconversación positiva para reunir la energía necesaria para empezar de nuevo. Se necesitaría mucha concentración para bloquear el ruido y el desorden de todas las voces negativas que intentan pasar, así como las voces negativas de los demás a tu alrededor. Se necesitaría mucha disciplina para equilibrar el miedo y la ansiedad con el conocimiento de que, si lo hiciste una vez, puedes hacerlo de nuevo.
Si tus pérdidas tuvieron algo que ver contigo o no, tu éxito futuro tiene todo que ver contigo. Habría que ser muy autosuficiente para evitar la culpa. Lo que ha pasado ha pasado. Tendrías que seguir con tu vida y empezar de nuevo. Si mañana lo perdieras todo y reunieras el valor para volver a intentarlo, haría falta mucha autoestima. Necesitas saber en tu corazón y en tu mente que tienes las habilidades, el talento y la fuerza para hacerlo una vez más.
Cultivar un carácter resiliente convierte el fracaso en éxito. Una persona resiliente no se rendirá. Una persona resiliente, a pesar de todos los obstáculos y contratiempos, seguirá haciéndolo hasta que.
En The Resilient Self, los autores Steven y Sybil Wolin enumeran siete características clave que componen la resiliencia:
La resiliencia requiere perspicacia.
Tienes que desarrollar la capacidad de hacerte preguntas difíciles y responder honestamente. Si has tenido algo que ver con tu pérdida, sé honesto y responsable de ella.
La resiliencia es independiente.
Como persona resiliente, puedes contar contigo mismo para recuperarte en la vida.
Aunque la resiliencia es independiente, también está ligada a los demás.
Cuantas más personas tengas a tu cargo, mayor será tu motivación para volver a empezar; cuanto más fuerte sea el motivo, más fuerte será la acción.
La resiliencia exige iniciativa.
Tienes que desarrollar la capacidad de hacerte cargo de la situación, de hacerte cargo del problema. Tienes que levantarte y hacer lo que sea necesario para retomar el rumbo.
5. La resiliencia tiene un elemento de creatividad.
Con la resiliencia, eres capaz de ver una situación y determinar creativamente la mejor salida. Eres emprendedor en tu enfoque para volver a empezar.
6. Una persona resiliente tiene humor.
Puedes llorar hasta reír, pero el sentido del humor es muy importante a la hora de dar un giro a tu vida. Tienes que tomarte tus objetivos en serio, y tienes que tomarte a ti mismo en serio. Pero a veces, también tienes que ser capaz de reírte de ti mismo y de tu situación.
7. Una persona resiliente tiene un fuerte sentido de la moral.
Hagas lo que hagas para recuperarte, asegúrate de que sea moral. Asegúrate de que tu próximo éxito esté al servicio, y no a expensas, de los demás. El éxito, si es tuyo para conservarlo, debe estar al servicio de los demás.
Cuantos más obstáculos afrontes y superes, cuantas más veces flaquees y vuelvas a ponerte en marcha, cuantas más dificultades afrontes y venzas, más resiliencia desarrollarás de forma natural. Si eres resiliente, no hay nada que pueda retenerte.
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