De 2016 a 18, Ryan Anderson fue un sólido jugador de estiramiento en Houston, encestando 335 triples en ese tiempo. La temporada pasada se fue pero tuvo problemas en Phoenix y Miami (los Heat lo renunciaron y estiraron en julio).
Ahora va a volver a Houston, un equipo con algunas plazas disponibles en el roster y minutos. Shams Charania, de The Athletic, dio la noticia.
Los Rockets firmaron a Anderson con un contrato de cuatro años y 80 millones de dólares en 2016, pero lo trasladaron en un volcado salarial antes de la temporada pasada a Phoenix. Los Suns cambiaron a Anderson a los Heat, que este verano renunciaron a él y lo estiraron – y ese contrato sigue pagando a Anderson más que el mínimo de veterano que el acuerdo de los Rockets.
Si Anderson puede recuperar su forma -disparó sólo el 30 por ciento en general y el 22,5 por ciento de tres la temporada pasada- hay un ajuste natural con los Rockets. P.J. Tucker comenzará en el cuatro, y detrás de él está Gary Clark. Es posible ver a Anderson saliendo del banquillo durante unos 15 minutos por noche como una buena opción para conducir y lanzar tanto a James Harden como a Russell Westbrook. Anderson también jugó alrededor de una cuarta parte de sus minutos como pívot suplente en las alineaciones de balón pequeño la última vez que estuvo en Houston, dando al equipo versatilidad. No hay mucha defensa, pero sí versatilidad ofensiva.
Para ustedes, nerds del tope salarial, si Anderson se queda con los Rockets los Heat se ahorran un poco de dinero en la provisión de estiramiento.
Los Rockets en realidad tendrán que cortar otro contrato no garantizado antes de firmar a Anderson (ya tenían el máximo del campo de entrenamiento de 20). Houston tiene un campamento interesante con batallas de posición reales, tienen sólo nueve contratos garantizados y los otros 11 jugadores en el campamento – de los cuales cinco o seis harán la lista del día de apertura – están en acuerdos no garantizados.