Durante las últimas cuatro décadas, el retrato de una mujer muy parecida al tema de la famosa Mona Lisa de Leonardo da Vinci ha permanecido bajo llave en una cámara acorazada suiza. Mientras que su famosísima hermana ha mostrado su enigmática media sonrisa a un sinfín de visitantes del Louvre, la mujer de la Mona Lisa de Isleworth, como se la conoce, ha mantenido su sonrisa más amplia y su aspecto más joven oculto al público.
Eso cambiará el viernes, cuando el consorcio propietario del cuadro lo desvele en Ginebra como parte de una campaña para demostrar que la versión de Isleworth no sólo es auténtica, sino también un verdadero original. La Fundación Mona Lisa, creada para investigar el retrato, presentará pruebas de que da Vinci creó la Mona Lisa de Isleworth antes que su icónica obra maestra que cuelga en el Louvre. El grupo cuenta con el gran maestro de ajedrez Anatoly Karpov, que presidirá la presentación, entre sus miembros. Los historiadores del arte Alessandro Vezzosi y Carlo Pedretti también harán una aparición para apoyar los nuevos hallazgos.
Los historiadores del arte creen que da Vinci pintó su obra más célebre entre 1503 y 1506, mientras vivía en su Florencia natal. Se cree que Lisa Gherardini del Giocondo, la esposa de un rico comerciante de seda florentino, se sentó para el retrato. Según los informes, la Fundación Mona Lisa argumentará que da Vinci terminó el cuadro de Isleworth una década antes, por lo que Gherardini parece más joven en él. También aparece flanqueada por unas columnas que no aparecen en el famoso retrato del artista.
La Mona Lisa de Isleworth fue descubierta por primera vez en 1914 por el coleccionista de arte Hugh Blaker, que la encontró en la casa de un noble inglés. En 1962, Blaker la vendió al coleccionista estadounidense Henry Pulitzer, que se la dejó a su compañera. Un consorcio de personas anónimas la adquirió tras su muerte y la depositó en la cámara acorazada suiza.
La presentación del viernes seguramente suscitará expresiones de duda entre los historiadores del arte de todo el mundo, incluido el estudioso de da Vinci Martin Kemp, que ya ha descartado que la Gioconda de Isleworth sea una copia realizada después de la versión del Louvre por otro artista. En el siglo XVI aparecieron numerosos facsímiles del célebre retrato, incluida una copia que fue noticia el año pasado cuando los expertos determinaron que había sido pintada junto al original.