Recibir un sedante antes de someterse a una intervención quirúrgica en la que se administra anestesia puede no beneficiar al paciente, sino que, por el contrario, podría contribuir a alargar el tiempo de recuperación, según un nuevo estudio.
Pero un destacado anestesista ya está planteando dudas sobre los hallazgos.
Investigadores de Francia realizaron un ensayo aleatorio en el que participaron más de 1.000 adultos menores de 70 años que se sometieron a cirugías en cinco hospitales universitarios entre enero de 2013 y junio de 2014. Se descubrió que los que recibieron el fármaco lorazepam antes de la cirugía electiva no tuvieron ninguna mejora en la satisfacción general 24 horas después de su operación en comparación con los que tomaron un placebo o no recibieron ninguna premedicación, según un estudio publicado en línea el martes en la revista Journal of the American Medical Association.
También se observó que los pacientes que recibieron sedantes tardaron más tiempo en la retirada de los tubos respiratorios, o extubación, en comparación con los pacientes no medicados, y tuvieron menores tasas de recuperación cognitiva temprana. Después del primer día postoperatorio, un mayor número de pacientes que habían tomado lorazem experimentaron amnesia en comparación con el grupo placebo o el no medicado.
«En comparación con el placebo, el lorazepam sí redujo la ansiedad de los pacientes al llegar al quirófano», concluyó el estudio. «Dado que no hubo ningún beneficio global del tratamiento de la ansiedad preoperatoria, es posible que la ansiedad que surge al llegar al quirófano no influya en la satisfacción general del paciente».
El Dr. J.P. Abenstein, presidente de la Sociedad Americana de Anestesiólogos, discrepó de las conclusiones del estudio, afirmando que no ofrecía nada que no se conociera ya sobre los efectos del lorazepem en la capacidad cognitiva desde al menos las últimas décadas.
«El lorazepem dura unas 12 horas y la mayoría de las cirugías duran unas dos, quizá cuatro horas», dijo Abenstein. «Así que el hecho de que tardaran más en despertarse y tardaran más en despejarse no era sorprendente en absoluto dada la farmacología del medicamento».
Los sedantes suelen administrarse a los pacientes que sufren ansiedad antes de una intervención quirúrgica, pero el tratamiento de la ansiedad no se asocia necesariamente con una mejor experiencia del paciente antes o después de la cirugía. Los investigadores afirman que los hallazgos sugieren que es necesario saber más sobre la eficacia del tratamiento preoperatorio para la ansiedad.
Abenstein señaló que el estudio no tuvo en cuenta los posibles efectos de la ansiedad preoperatoria en los pacientes de edad avanzada, de los que dijo que cada vez hay más pruebas que sugieren que en las grandes cirugías, como los procedimientos cardíacos, hay una mayor incidencia de psicosis postoperatoria mientras están en la unidad de cuidados intensivos.
«Lo más importante es que los pacientes hablen de sus preocupaciones y su historial médico con sus médicos y su anestesista antes de la cirugía», dijo Abenstein. «Hablar de un procedimiento con mis pacientes es, a menudo, un alivio más potente de la ansiedad que cualquier medicamento que tenga».
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