Y tenga cuidado con los sarpullidos, especialmente con la celulitis, una infección bacteriana de la piel.
«La piel es la primera barrera de defensa, y con una erupción, la piel ya será susceptible de sufrir abrasiones. Pero si sólo tienes un sarpullido alérgico y con picazón, creo que estás bien; sólo tienes que lavarte con cuidado cuando salgas del agua», añade Anderson.
Peligros menores en la piscina
«Nadar en la piscina, sin embargo, lo pone a uno en mayor riesgo de enfermedad diarreica», dice Wang. «Los CDC han informado de múltiples brotes de criptosporidiosis adquiridos en piscinas y parques acuáticos públicos, ya que este parásito es muy resistente a la cloración. También es posible contraer otras enfermedades diarreicas, ya que la gente suele tragar agua que puede contener materia fecal».
Y si le apetece darse un baño en el jacuzzi después de una dura sesión de natación, tenga cuidado de que el nivel de cloro del jacuzzi se compruebe con frecuencia, idealmente, al menos dos veces al día, dice Wang. En una bañera de hidromasaje que no se limpie y cloree adecuadamente, puede proliferar una bacteria mal llamada «virus de la bañera de hidromasaje», que puede provocar foliculitis de la bañera de hidromasaje, una infección de los folículos pilosos que tiene el aspecto de una erupción roja y con granos.
«No es tan común, pero si una bañera de hidromasaje no parece estar limpia o bien mantenida, yo diría que no te acerques a ella por tu propia seguridad», dice Anderson.
Mantenerse sano
Para ayudar a la curación, Anderson y Wang aconsejan una buena nutrición y no fumar, lo que provoca una constricción vascular. Y el agua y el jabón pueden ayudar a evitar que la herida se infecte, dicen.
Estos sencillos pasos pueden ayudar a evitar que las heridas lleguen al punto de que nadar se convierta en un riesgo. Y la propia Wang, a pesar de estar bien informada sobre los tipos de bacterias que pueden acechar en aguas abiertas, no rehúye hacerlo.
Ha participado en dos triatlones que implican nadar en un lago de agua dulce y ha nadado en la bahía de Chesapeake y en el parque estatal Gunpowder Falls de Maryland, y como ella misma dice, «sigo viva para contarlo». Así que, a fin de cuentas, se trata de cuánto riesgo calculado estás dispuesto a asumir»
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