Todo el mundo experimenta a veces la tristeza. Pero la depresión es algo más. La depresión es una tristeza o desesperación extrema que dura más de días. Interfiere con las actividades de la vida diaria y puede incluso causar dolor físico. Afortunadamente, la depresión es muy tratable.
La depresión, también conocida como trastorno depresivo mayor o depresión clínica, es uno de los trastornos mentales más comunes en Estados Unidos. En 2014, se estima que 15,7 millones de adultos en Estados Unidos -alrededor del 6,7 por ciento de todos los adultos estadounidenses- tuvieron al menos un episodio depresivo mayor, según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH).
Entendiendo la depresión
La depresión afecta a diferentes personas de diferentes maneras, pero la mayoría de ellas experimentan alguna combinación de los siguientes síntomas:
- Tristeza prolongada o sentimientos de vacío.
- Sentimientos de impotencia o desesperanza.
- Sentimientos de culpa o inutilidad.
- Enfado e irritabilidad.
- Inquietud.
- Dificultad para concentrarse.
- Fatiga.
- Cambios en los patrones de sueño.
- Cambios en el apetito.
- Dolor crónico, dolores de cabeza o de estómago.
- Pérdida de interés por las actividades.
- Alejamiento de amigos y familiares.
- Pensamientos de muerte o suicidio.
La depresión está causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. Las personas con antecedentes familiares de depresión y las que padecen enfermedades crónicas graves, como enfermedades cardíacas o cáncer, tienen un mayor riesgo de padecerla. Los cambios importantes en la vida, los traumas y el estrés también pueden provocar un episodio de depresión, aunque algunos episodios de depresión comienzan sin ninguna causa externa evidente.
Tratamiento de la depresión
La depresión no es un signo de debilidad. No es algo de lo que se pueda «salir de golpe». Es una enfermedad que requiere tratamiento profesional. Sin embargo, con la atención adecuada, las personas pueden sentirse mejor.
Los medicamentos antidepresivos pueden ser útiles para reducir los síntomas de la depresión en algunas personas, especialmente en personas con depresión grave. La psicoterapia también es un tratamiento eficaz, ya sea sola o en combinación con medicamentos. Los beneficios de la psicoterapia pueden tener un efecto duradero que protege contra la reaparición de los síntomas incluso después de terminar el tratamiento.
Consultar a un psicólogo sobre la depresión
Los psicólogos licenciados son profesionales de la salud mental altamente capacitados con experiencia en ayudar a los pacientes a recuperarse de la depresión. Se ha demostrado que varios enfoques diferentes de la psicoterapia ayudan a los individuos a recuperarse de la depresión, especialmente a aquellos con depresión leve a moderada. La psicoterapia puede ayudar a las personas con depresión a:
- Detectar los acontecimientos de la vida que contribuyen a su depresión y ayudarles a encontrar formas de cambiar, aceptar o adaptarse a esas situaciones.
- Establecer objetivos realistas para el futuro.
- Identificar procesos de pensamiento distorsionados o comportamientos poco útiles que contribuyen a los sentimientos de desesperanza e impotencia.
- Desarrollar habilidades para hacer frente a los síntomas y problemas, e identificar o prevenir futuros episodios de depresión.
Dos de las terapias basadas en la evidencia más comunes para la depresión son la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal.
- La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tipo de terapia en la que los pacientes aprenden a identificar y manejar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos que pueden contribuir a su depresión. La TCC ayuda a los pacientes a identificar los pensamientos inútiles o negativos, a cambiar las creencias inexactas, a modificar los comportamientos que pueden empeorar la depresión y a interactuar con los demás de forma más positiva.
- La terapia interpersonal (TIP) es una forma de terapia en la que los pacientes aprenden a mejorar sus relaciones con los demás expresando mejor sus emociones y resolviendo los problemas de forma más saludable. La TPI ayuda a los pacientes a resolver o a adaptarse a los acontecimientos vitales problemáticos, a desarrollar habilidades sociales y a organizar sus relaciones para aumentar el apoyo para hacer frente a los síntomas depresivos y a los factores estresantes de la vida.
No existe un enfoque «correcto» para la terapia. Los terapeutas trabajan estrechamente con sus pacientes para crear planes de tratamiento a medida que aborden sus necesidades y preocupaciones únicas. La psicoterapia puede ayudar a los pacientes a aprender formas de afrontar mejor el estrés y controlar sus síntomas de depresión. Estas estrategias pueden conducir a la recuperación y permitir que los pacientes funcionen lo mejor posible.
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La depresión en niños y adolescentes
La depresión es común en los adolescentes. En 2014, se estima que 2,8 millones de niños de entre 12 y 17 años en Estados Unidos (más del 11 por ciento) tuvieron al menos un episodio depresivo mayor, según el NIMH.
Los adolescentes suelen ser malhumorados. Pero si su hijo está extremadamente irritable, tiene problemas continuos de motivación o tiene una tristeza persistente que dura dos semanas o más, es una buena idea que le evalúen por depresión.
Aunque los medicamentos antidepresivos pueden ser eficaces para los niños y adolescentes, pueden tener efectos secundarios en los jóvenes, incluyendo un mayor riesgo de pensamientos suicidas. Por este motivo, muchos padres y profesionales sanitarios prefieren intentar tratar a los niños con psicoterapia primero. Tanto la TCC como la TPI son tratamientos eficaces para los jóvenes con depresión. Los estudios también muestran que una combinación de medicación antidepresiva y terapia cognitivo-conductual es muy eficaz para tratar la depresión juvenil.
La buena noticia es que la mayoría de los niños se recuperan de la depresión. Aun así, las investigaciones muestran que las personas que tienen depresión de niños tienen un mayor riesgo de tener una recurrencia más adelante en la adolescencia o en la edad adulta. Tanto la TCC como la TPI pueden ayudar a los niños a reconocer los signos de un episodio depresivo, para que puedan controlar sus síntomas y obtener ayuda rápidamente si experimentan una recurrencia.
La Asociación Americana de Psicología agradece a Laura Mufson, PhD, Lynn Bufka, PhD, y C. Vaile Wright, PhD por contribuir a esta hoja informativa.