Vagina

¿Qué es la vagina?

La vagina es el órgano del aparato genital femenino que conecta el útero con el exterior del cuerpo. Está formada por una vía recubierta de membranas mucosas que mantienen la humedad y la acidez y la protegen frente a posibles infecciones, y su orificio está situado entre la uretra y el ano.

A través de la vagina se expulsa al exterior la menstruación y se producen las relaciones sexuales y el parto. La vagina suele estar protegida desde el nacimiento por una membrana, el himen, que puede romperse por factores como la actividad deportiva, el primer coito, el uso de tampones o la masturbación. Una de las características de la vagina es que sus paredes están formadas por tejidos fibromusculosos dotándola de gran elasticidad, indispensable para algunas de sus funciones. Este órgano permanece bien lubricado gracias a las glándulas de Bartolino, permitiendo que la penetración no sea dolorosa para la mujer.

Características anatómicas

La vagina de una mujer adulta mide entre 8 y 12 centímetros aproximadamente, aunque es capaz de dilatarse y contraerse gracias a las paredes musculares que la forman, de gran elasticidad. La mucosidad que la reviste sus paredes internas se pliega sobre sí misma dando lugar a los llamados pliegues vaginales. Como el resto de mucosas, está formada por dos capas: el epitelio, la más externa, y la lámina propia, tejido que conecta el epitelio con las capas musculares. En cuanto a la parte muscular, esta consta de otras dos partes: el músculo liso y el esquelético.

Funciones de la vagina

La vagina, al igual que la vulva (órgano genital externo, y con el que tiende a confundirse por su proximidad), es un órgano fundamental tanto en las relaciones sexuales como en el parto.

Sirve como salida natural para el flujo de regla durante la menstruación cuando el óvulo no ha sido fecundado por un espermatozoide. También, a través de la vagina, es posible eliminar de forma natural y automática el moco cervical que es secretado por el cuello del útero los días previos y posteriores a la fase de ovulación del ciclo. Este moco cervical ejerce su función en el proceso de concepción, por lo cual si este no se produce el organismo lo deshecha para volverlo a producir en la misma fase durante el próximo ciclo menstrual.

En las relaciones sexuales, la vagina constituye la cavidad en la que penetra el pene del hombre y en la que se depositan los espermatozoides que después ascenderán por el cuello del útero para fecundar el óvulo. Además, en ella está ubicado el llamado punto G, cuya estimulación durante el coito genera placer. Y tras el embarazo, este órgano da lugar a lo que se conoce como canal de parto, que es el conducto por el cual sale el feto en el momento del nacimiento, y se elimina la placenta; esta labor es posible gracias a la flexibilidad de los tejidos que la forman, que le permiten estirarse lo suficiente.

Enfermedades de la vagina

Los motivos de consulta más frecuentes en ginecología son síntomas de picazón, ardor y secreción de la vagina. En muchos de estos casos el problema suele ser una inflamación de la vagina, también conocida como vaginitis. Es una enfermedad que puede afectar tanto a mujeres como a niñas de todas las edades. Las causas son diversas: desde hongos, bacterias y virus hasta productos de limpieza que contengan alérgenos, el no lavarse bien o la menopausia. Comúnmente se trata de infecciones bacterianas, sobre todo en el caso de las mujeres de edad fértil. El síntoma principal de esta enfermedad es una secreción vaginal con un olor fuerte, aunque también hay mujeres que no presentan ningún síntoma, lo que dificulta el diagnóstico. El tratamiento contra estas infecciones consiste en la administración de antiinfecciosos o antimicrobianos.

Otras infecciones que pueden dar lugar a la aparición de inflamación de la vagina son, por ejemplo, la tricomoniasis y las infecciones por cándida o candidiasis (hongos). En este caso, suele ser fácil de tratar mediante cremas o óvulos, que no requieren siempre receta médica, en especial si ya se ha tenido previamente y se conozcan los síntomas, o si estos son leves y no están acompañados de dolor pélvico o fiebre. En cualquier caso, lo más adecuado es acudir a un médico si se presenta una inflamación o si se está embarazada.

Otras causas más graves de síntomas vaginales son las infecciones de transmisión sexual o la aparición de cáncer vaginal o cáncer vulvar, que pueden provocar sangrados anormales.

Ver también:

¿Qué es el perineo?

Los fetos oyen música emitida desde la vagina a partir de la semana 16

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.