Miranda Kerr, Victoria Beckham, Fergie, Megan Fox, Hilary Duff, Katy Perry… ya son muchas las fans del vinagre de manzana para adelgazar, mantener su figura y alcalinizar su organismo en ayunas o tomado en pequeñas dosis a lo largo del día. Y muchos aseguran que se trata de un nuevo agua de limón. Sin embargo, ¿es tan sano como parece? ¿realmente ayuda a adelgazar? ¿puede ser malo para tu salud? Preguntamos a dos expertos en nutrición para disipar todas tus dudas.
Ya conocemos las virtudes de tomar agua de limón en ayunas. Sin embargo, últimamente, la popularidad del vinagre de manzana a la hora de tomar un chupito en ayunas está creciendo como la pólvora entre las celebrities como Victoria Beckham o Miranda Kerr, y la lista sigue creciendo. ¿Estamos ante una nueva tendencia de nutrición para adelgazar? ¿Es tan sana como para tomar este elixir a la ligera?
Ya en los años 90, se llevaron a cabo estudios en Japón con personas con obesidad siguiendo una misma dieta durante tres meses y 87 de ellos que tomaron una bebida con una o dos cucharadas de vinagre de manzana al día perdieron entre medio y un kilo frente a otros 88 individuos que tomaron solo agua y no perdieron peso. De ahí que se sugiriera que el vinagre de manzana podría tener sus efectos en el metabolismo de la grasa.
¿Es mejor tomar vinagre de manzana en ayunas que agua de limón?
La experta en nutrición Itziar Digón, experta en Mindful Eating, asegura es que tanto el agua de limón como el vinagre de manzana comparten muchos de sus beneficios porque ambos promueven la alcalinidad del organismo y tienen propiedades adelgazantes.
«Algunas personas con problemas intestinales leves como por ejemplo gases, hinchazón abdominal, acidez o ardor de estómago; el vinagre de manzana tiene mejores resultados que el agua de limón». Sin embargo, «se recomienda tomarlo diluido en agua por su contenido en ácido acético porque tomado en exceso puede irritar el estómago», apunta Digón.
El vinagre de manzana además de ser rico en vitaminas y minerales, «también es coadyuvante en las dietas de adelgazamiento por su contenido en ácido málico y ser muy bajo en calorías. También, mejora de forma natural la digestión, es depurativo a nivel hepático e intestinal y promueve la eliminación de líquidos» asegura la experta a propósito de las propiedades de este nuevo elixir.
Lo que sí está claro y después de realizar estudios es que el vinagre puede ayudar a regular los niveles de glucosa e insulina reduciendo el riesgo de la diabetes y de enfermedades cardiovasculares. «Se han realizado varios experimentos que muestran efectivamente que beber vinagre diluido en agua antes de una comida alta en carbohidratos reduce la respuesta glicémica (el incremento de glucosa en la sangre que se produce tras consumir un alimento)» ,apunta el doctor Manuel Sánchez, director médico de la Clínica DeSánchez.
Y es que una de sus explicaciones es que el ácido acético bloquea enzimas encargadas de digerir el almidón, carbohidrato de granos y vegetales previniendo la absorción de glucosa que éstos contienen. Aunque también es verdad que «el hecho de no digerir el almidón no tiene por qué conducir a perder peso», matiza Sánchez. «El efecto es mínimo o muy pequeño, pudiendo tener algunos beneficios en la pérdida y control de peso, pero no es una solución», sentencia.
Y como otros expertos, asegura que si lo que queremos es perder peso, lo que necesitamos es acudir a un especialistas, hacer ejercicio y controlar la ingesta de alimentos.
El doctor y experto en medicina antiedad, Manuel Sánchez, nos asegura que hace mucho tiempo que siguen la evolución de los estudios del vinagre, pero actualmente lo que le damos en los desayunos de la clínica a los pacientes es «un limón con la parte de la cascara amarilla quitada, dejando lo blanco que hay antes del fruto, 4 zanahorias peladas, 1 manzana y unas gotas de aceite de oliva de primera presión en frio».
Cómo tomar vinagre de manzana (sin morir en el intento)
La nutricionista Itziar Digón recomienda tomar dos cucharadas de vinagre de manzana en ayunas diluido en un vaso de agua. «Si prefieres tomarlo para mejorar la digestión, puedes tomar una cucharada en agua antes de cada comida principal». Aunque también puede ingerirse en forma de aderezo «en un zumo natural en licuadora con tomate, apio, pimienta y un poco de aceite de oliva de primera presión en frío o en gazpacho» recomienda el doctor Manuel Sánchez.
Para estimular mejor los jugos gástricos antes de digerir la comida, deberíamos tomarlo o por la mañana o antes de las comidas que estamos muchas horas sin digerir alimentos.
Y ¡ojo! porque no es un alimento que pueda aplicarse a todas las personas ya que se «trata de un ácido puro y puede dañar el esmalte dental y los tejidos de la boca y el esófago si no se diluye y producir gastritis, úlcera de hiato…», apunta Sánchez. Así que, nada como preguntar a tu médico antes de tomar vinagre de sidra.
Otras formas de consumirlo es añadirlo a nuestras ensaladas o legumbres. Pero lo ideal para no modificar tanto el sabor de nuestros platos y poder llegar a la dosis recomendada es tomarlo diluido en agua.