El contorno del esqueleto es una cirugía estética que a menudo se realiza por razones puramente preferenciales, pero también puede realizarse como medio de cirugía reconstructiva. El contorneado del esqueleto es un proceso quirúrgico en el que los cirujanos pueden alterar la forma del cuerpo -generalmente la cara- manipulando la forma de la estructura ósea subyacente, ya sea mediante injertos para aumentar el tamaño y el volumen o mediante raspado para eliminar el tamaño y el volumen. El contorneado del esqueleto no es un procedimiento nuevo y suele ser uno de los elementos que intervienen en procedimientos comunes como la rinoplastia, los implantes de mejilla y mentón y la remodelación de la mandíbula. Aunque el contorno del esqueleto puede crear cambios dramáticos, el objetivo de los cirujanos expertos de Spalding Drive Plastic Surgery es proporcionar a los pacientes unos rasgos bellos que equilibren las proporciones y ofrezcan un aspecto natural y favorecedor.
Nuestros cirujanos suelen realizar el contorno del esqueleto a pacientes que han sufrido accidentes o lesiones en los huesos de la cara. El contorno esquelético se utiliza a menudo para remodelar o reconstruir los huesos que se han perdido o destrozado y proporciona cambios estructurales profundos que dan lugar a resultados estéticos permanentes. Para los pacientes con daños en los huesos de la cara no hay alternativas que puedan igualar el contorno esquelético y ofrecer el mismo nivel de resultados.
Debido a que el contorno esquelético se ocupa principalmente del aspecto de la cara y el perfil, la cirugía se realiza con anestesia general y los pacientes estarán inconscientes para que no tengan que preocuparse por el dolor y no recuerden la cirugía. En muchos casos el procedimiento es ambulatorio y los pacientes podrán volver a casa para recuperarse por su cuenta tras una breve observación después de la cirugía.
Como con todas las formas de cirugía los pacientes pueden prepararse para la cirugía manteniendo una dieta saludable y un programa de ejercicio, absteniéndose de tomar analgésicos anticoagulantes, como Aspirina y Aleve, que pueden provocar complicaciones durante la cirugía. Los pacientes que fuman también deberán dejar de hacerlo durante un largo periodo de tiempo antes y después de la cirugía, siguiendo el consejo del cirujano. El tabaquismo disminuye el suministro de oxígeno al cuerpo y puede dar lugar a complicaciones peligrosas.