Imagina que la gente de Kansas y California fueran tan distintos genéticamente entre sí como lo es alguien de Alemania de alguien de Japón. Ese es el tipo de variación genética notable que los científicos han encontrado ahora dentro de México, gracias al primer estudio a escala fina de la variación genética humana en ese país. Esta diversidad local podría ayudar a los investigadores a rastrear la historia de las diferentes poblaciones indígenas del país y ayudarles a desarrollar mejores herramientas de diagnóstico y tratamientos médicos para las personas de ascendencia mexicana que viven en todo el mundo.
El equipo ha hecho un «tremendo trabajo» al crear un «plano de toda la diversidad genética de México», dice Bogdan Pasaniuc, genetista de poblaciones de la Universidad de California (UC), en Los Ángeles, que no participó en la investigación.
México contiene 65 grupos étnicos indígenas diferentes, 20 de los cuales están representados en el estudio, dice Andrés Moreno-Estrada, genetista de poblaciones de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California, y autor principal del estudio. En colaboración con Carlos Bustamante, otro genetista de poblaciones de Stanford, el equipo tomó muestras de los genomas de poblaciones indígenas de todo México, desde el desierto septentrional de Sonora hasta las selvas de Chiapas en el sur. A lo largo de siglos de vivir tan separados -y a menudo aislados por cadenas montañosas, vastos desiertos u otras barreras geográficas- estas poblaciones desarrollaron diferencias genéticas entre sí, explica Bustamante. Muchas de estas variantes son lo que él llama «globalmente raras pero localmente comunes». Es decir, una variante genética que está muy extendida en un grupo étnico, como los mayas, puede no aparecer casi nunca en personas de diferente ascendencia, como los descendientes de europeos. Si se estudian los genomas sólo de los europeos, nunca se detectaría la variante maya. Y eso es un gran problema para las personas con ascendencia maya si esa variante aumenta su riesgo de enfermedad o cambia la forma en que reaccionan a diferentes tipos de medicamentos. «Toda la política es local, ¿verdad? Lo que estamos empezando a descubrir es que mucha genética también es local», dice Bustamante.
Cuando el equipo analizó los genomas de 511 individuos indígenas de todo México, encontró una sorprendente cantidad de diversidad genética. Los grupos indígenas más divergentes de México son tan diferentes entre sí como los europeos lo son de los asiáticos orientales, informan hoy en línea en Science. Esta diversidad se refleja en la geografía de México. Cuanto más lejos viven los grupos étnicos entre sí, más diferentes resultan ser sus genomas.
Pero la mayoría de las personas en México o de ascendencia mexicana hoy en día no son indígenas sino mestizos, lo que significa que tienen una mezcla de ascendencia indígena, europea y africana. Para responder a esta pregunta, el equipo colaboró con el Instituto Nacional de Medicina Genómica de México, que lleva muchos años recopilando datos genéticos de mestizos. De forma un tanto sorprendente, descubrieron que los mestizos de una parte determinada de México tendían a tener las mismas variantes genéticas «raras» que sus vecinos indígenas. Los genomas de los mestizos «coinciden tan bien con los de los grupos indígenas que podemos utilizar la diversidad genética de los mestizos para hacer inferencias sobre los ancestros», afirma Pasaniuc. Por ejemplo, en los genomas de las personas modernas que viven en la península de Yucatán y en la parte norte de la costa del Golfo de México, en el actual estado de Veracruz, aparecen fuertes marcadores genéticos de ascendencia maya, lo que probablemente refleja una ruta comercial o migratoria maya precolombina. «Nos da una comprensión histórica de lo que estas poblaciones han sido», dice Christopher Gignoux, un postdoctorado en el grupo de Bustamante en Stanford.
Aún más importantes son las implicaciones clínicas del estudio. Para determinar si la variación genética en México podría influir en el riesgo de enfermedad y en la precisión de las herramientas de diagnóstico, Esteban Burchard, neumólogo de la Universidad de California en San Francisco, analizó cómo una medida común de la función pulmonar se relaciona con la variación genética de México. Descubrió que las personas con variantes genéticas comunes en el este del país tenían resultados diferentes en la prueba de función pulmonar que las personas con variantes del oeste. Eso significa que los médicos probablemente no deberían usar los mismos criterios para diagnosticar enfermedades pulmonares en ambas poblaciones, dice. «Lo que demostramos es que, dependiendo del tipo de ascendencia nativa americana que se tenga, puede influir drásticamente en el diagnóstico de la enfermedad pulmonar, en el buen o en el mal sentido», explica Burchard.
La función pulmonar es sólo un ejemplo de las formas en que la variación genética a escala fina de México podría estar afectando la enfermedad y el diagnóstico, dice el equipo. Para Bustamante, esta riqueza de potenciales aplicaciones clínicas hizo que el estudio fuera particularmente emocionante para formar parte de él. «Vamos a ir más allá de las cuestiones en las que solemos centrarnos en la genética de poblaciones y a tratar de abordar realmente cómo vamos a pensar en traducir esto» de manera que la gente moderna pueda beneficiarse.
*Corrección, 13 de junio, 11:28 horas: México contiene 65 grupos étnicos indígenas diferentes, no 55, como se informó anteriormente. Esto ha sido corregido.