El aceite de almendras se utiliza desde hace mucho tiempo en los círculos de la medicina complementaria por sus numerosos beneficios para la salud. Aunque actualmente no existen datos científicos concluyentes, las almendras y el aceite de almendras tienen muchas propiedades, entre ellas efectos antiinflamatorios, de refuerzo de la inmunidad y antihepatotóxicos. Además, se ha relacionado el aceite de almendras con la mejora del tránsito intestinal, lo que reduce los síntomas del síndrome del intestino irritable. Además, algunos estudios muestran una menor incidencia del cáncer de colon. También se han identificado beneficios cardiovasculares, ya que el aceite de almendras eleva los niveles del llamado «colesterol bueno», las lipoproteínas de alta densidad (HDL), mientras que reduce las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Históricamente, el aceite de almendras se ha utilizado en las antiguas escuelas de medicina china, ayurvédica y greco-persa para tratar afecciones de la piel seca, como la psoriasis y el eczema. Además, según pruebas anecdóticas y experiencias clínicas, el aceite de almendras parece reducir las cicatrices hipertróficas del postoperatorio, y suavizar y rejuvenecer la piel. El aceite de almendras tiene propiedades emolientes y esclerosantes, por lo que se ha utilizado para mejorar la tez y el tono de la piel. Se sugieren más estudios sobre el uso del aceite de almendras en el postoperatorio para la reducción de las cicatrices.