¿Cómo se forman las costras? – Talila, 8 años
¡Gran pregunta, Talila!
Nuestra piel tiene muchas funciones diferentes. Una de ellas es actuar como barrera, protegiéndonos de las cosas dañinas del mundo exterior.
A veces, cuando nos cortamos o nos rozamos, arrancamos algunas capas de nuestra piel. Cuando la piel está dañada, no puede hacer su trabajo de protegernos tan bien. Lo que está debajo de la piel, llamado tejido, puede quedar expuesto, y los gérmenes y otras cosas desagradables pueden entrar.
Así que cuando nos hacemos un corte o una rozadura, es una carrera contra el tiempo para que nuestro cuerpo detenga cualquier sangrado, proteja la zona y comience el proceso de reparación. Y aquí es donde entran en juego las costras.
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¿Qué pasa cuando te cortas?
Para entender cómo funciona todo esto, veamos qué pasaría si, por ejemplo, te rozaras la piel de la rodilla. Cuando te rozas o te cortas, los vasos sanguíneos cercanos a la herida se rompen y te hacen sangrar (los vasos sanguíneos son los conductos que transportan la sangre por el cuerpo).
Por lo general, si la herida no es demasiado grave, la hemorragia no tarda en detenerse. Eso es porque, afortunadamente, nuestro cuerpo tiene algunas formas inteligentes de curarse a sí mismo.
Después de cortarse, los vasos sanguíneos dañados se contraen rápidamente, cerrando algunas de sus aberturas para que salga menos sangre.
Luego, unas células diminutas de la sangre llamadas «plaquetas» se ponen en marcha. Estas plaquetas comienzan a unirse, formando una especie de tapón que ayuda a detener la hemorragia y a sellar el corte. Otras células buenas de la sangre también intervienen para ayudar, trabajando con las plaquetas para hacer el tapón más fuerte.
Entonces se forma algo llamado «coágulo». Este coágulo puede bloquear completamente los vasos sanguíneos dañados durante algún tiempo, dando al cuerpo la oportunidad de iniciar el proceso de curación tanto de la piel como de los vasos.
Los glóbulos blancos, que ayudan a nuestro cuerpo a combatir las infecciones y las enfermedades, también se desplazan a la zona dañada. Estas células trabajan para matar a los malos invasores que puedan haber entrado en el cuerpo a través de la herida, y ayudan a limpiar la zona.
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Formación de la costra
La sangre coagulada en la superficie de la herida comienza a secarse y forma una costra endurecida. Esto puede ocurrir rápidamente o tardar unos días.
Esta costra forma una capa protectora, a la vez que permite que las células se muevan por debajo de ella para que puedan seguir reparando la piel.
Si tienes una costra, es mejor no arrancarla ni rascarla. Si retiras la costra mientras todavía está haciendo su trabajo, podrías exponer la herida al mundo exterior, aumentando el riesgo de infección o ralentizando la curación.
Si la dejas en paz, al cabo de una o dos semanas la costra acabará cayendo y dejando ver la nueva piel reparada que hay debajo.
A veces, dependiendo del tipo de tejido dañado o de la gravedad de la lesión, un corte en la piel puede dejar una cicatriz. Esto es normal.
Las costras son buenas
Así que Talila, no te preocupes si tienes una pequeña costra en la piel después de un corte o rozadura. Las costras son de las buenas; protegen tu cuerpo y ayudan a que la herida se cure.
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