Un equipo de la rama médica de la Universidad de Texas en Galveston ha desvelado pistas clave para entender qué desencadena el proceso de parto, según los resultados de una investigación publicada recientemente en PLOS ONE.
«Es importante que conozcamos mejor cómo interactúan y funcionan estas señales en los embarazos normales a término, ya que puede aportar información sobre cómo y por qué estas señales se activan demasiado pronto y desencadenan el proceso de parto y nacimiento de forma prematura», dijo el autor principal y profesor asistente de la UTMB en el departamento de obstetricia y ginecología, Ramkumar Menon.
Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que cada año nacen 15 millones de bebés prematuros, o antes de las 37 semanas de embarazo. Las complicaciones derivadas del parto prematuro son la principal causa de muerte entre los niños menores de cinco años.
Los investigadores de la UTMB estudiaron la producción y el movimiento de los exosomas, que son un tipo específico de contenedor molecular que transporta señales químicas entre las células. Los exosomas en cuestión para este estudio procedían de las células epiteliales del amnios o CEA, que provienen del revestimiento interno de la placenta que forma la cavidad uterina y está cerca del feto en crecimiento. Este tejido protege al feto durante su crecimiento uterino.
Las CEA se aislaron del tejido placentario desechado de mujeres que dieron a luz a sus bebés mediante cesárea a término sin entrar en parto para estudiar el contenido de los exosomas derivados de las CEA.
Una vez separados, una porción de los exosomas derivados de AEC se expusieron al estrés utilizando extracto de humo de cigarrillo durante 48 horas.
A continuación, se caracterizó y comparó el contenido de los exosomas normales y los expuestos al estrés utilizando varias técnicas de biología molecular y celular, análisis proteómicos seguidos de análisis bioinformáticos.
Los investigadores descubrieron que los exosomas que habían sido estresados a propósito contenían una molécula llamada p38 MAPK que se sabe que está relacionada con el parto al acelerar ciertos factores asociados con los nacimientos que incluyen el envejecimiento de la placenta y el aumento de la inflamación estéril del útero.
La inflamación conduce a la retirada funcional de la hormona del embarazo, la progesterona, lo que provoca contracciones uterinas. La presencia de la p38 MAPK inducida por el estrés puede provocar contracciones, incluso cuando el feto aún no está completamente desarrollado.