La bolsa rectouterina es el punto más bajo de la cavidad abdominal. En las mujeres, está situado entre el recto y el útero; en los hombres, entre el recto y la vejiga. Hay tres motivos para operar en el fondo de saco rectouterino: endometriosis, absceso rectouterino o una hernia rectouterina. En el caso de la endometriosis, el endometrio se establece en el fondo de saco recto-uterino. Un absceso rectouterino puede desarrollarse a partir de una infección de la cavidad abdominal. Una hernia y un enterocele vaginal suelen estar relacionados con el discenso uterino.
En función de la enfermedad subyacente, se llevan a cabo diferentes procedimientos en el fondo de saco rectouterino. El procedimiento más sencillo es una punción en la que se aspira líquido. Se realiza a través de la vagina o el recto con anestesia local. La cirugía en la bolsa rectouterina suele ser mínimamente invasiva y se lleva a cabo con tecnología de ojo de cerradura.
¿Qué preparativos se llevan a cabo antes del procedimiento?
Se realizan diferentes aclaraciones y exámenes antes del procedimiento. La ecografía, la endoscopia vaginal o la colonoscopia son algunas de las aclaraciones estándar. Antes de la intervención debe suspenderse toda medicación anticoagulante. La intervención suele realizarse con anestesia general y con todas las valoraciones preoperatorias habituales.
¿Cómo se realiza la operación?
El acceso a la bolsa rectouterina se realiza por laparoscopia a través de la pared abdominal o a través de la vagina o el recto. Se extirpan las lesiones de endometriosis. En el caso del enterocele vaginal, se empuja la hernia hacia atrás y se cierra el saco herniario con una sutura.
El procedimiento dura entre una y dos horas.
¿Cuál es la tasa de éxito de este procedimiento?
Los resultados dependen de la enfermedad subyacente. Este procedimiento suele remediar el enterocele vaginal. En el caso de la endometriosis, las lesiones a veces pueden volver a formarse.
¿Cuáles son las posibles complicaciones y riesgos de este procedimiento?
Se trata de una operación de bajo riesgo y, por lo general, transcurre sin complicaciones. Como en toda intervención quirúrgica, la operación puede dar lugar a infecciones, hemorragias postoperatorias o coágulos de sangre en casos raros. A veces, pueden aparecer crecimientos en el abdomen.
¿Qué ocurre después de la operación?
Después de la cirugía, se controla al paciente durante la fase de recuperación mientras se despierta de la anestesia. Si todo transcurre con normalidad, normalmente podrá abandonar el hospital uno o dos días después de la operación. Debe evitar levantar objetos pesados y realizar esfuerzos físicos importantes durante algún tiempo después de la operación, y abstenerse de mantener relaciones sexuales durante un tiempo. Dependiendo de la enfermedad subyacente, es necesario realizar controles periódicos.