El 29 de septiembre, la Iglesia católica celebra la fiesta de los tres Arcángeles que han sido venerados a lo largo de la historia de la Iglesia:
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Michael (su nombre está tomado del hebreo «¿Quién es como Dios?»), que defiende a los amigos de Dios contra Satanás y todos sus ángeles malvados;
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Gabriel (el «Poder de Dios»), elegido por el Creador para anunciar a María el misterio de la Encarnación; y
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Rafael (la «Medicina de Dios» o «Dios Cura»), el arcángel que, en el libro de Tobías, cuida de Tobías en su viaje.
Estos arcángeles, todos los cuales desempeñan papeles secundarios en las Escrituras, han sido venerados desde los primeros días de la Iglesia, pero es de Rafael de quien quiero hablar hoy. Rafael ha sido llamado el patrón de la curación. Rafael es también el patrón de los ciegos, de las reuniones felices, de las enfermeras, de los médicos y de los viajeros.
Dos fervientes oraciones de ayuda
El libro de Tobit del Antiguo Testamento cuenta la historia de cómo Tobit, un judío devoto en el exilio en Asiria, y su hijo Tobías (a veces llamado Tobías) fueron recompensados por su piedad y sus buenas acciones.
En contra de las órdenes del malvado rey Sennaherib, Tobit -que respetaba las costumbres funerarias judías- enterró los cuerpos de los judíos que habían sido ejecutados por Sennaherib en Nínive. Por ello, el rey ordenó que Tobit fuera capturado y asesinado. Tobit huyó y se escondió entre sus parientes. Un día, Tobit miraba hacia el cielo cuando unos excrementos de pájaro le cayeron en los ojos y lo dejaron ciego. Como ya no podía trabajar debido a su ceguera, Tobit no maldijo a Dios, sino que rezó para que Dios acabara con su vida.
Mientras Tobit rezaba para ser liberado de esta vida, una joven viuda llamada Sara también rezó a Dios para que acabara con su miseria. Sara había tenido siete maridos, pero cada uno de ellos había sido asesinado por un demonio en su noche de bodas. Sara temía estar maldita y no poder tener nunca un marido y una familia propia.
En respuesta a estas oraciones, Dios envió al arcángel Rafael a la Tierra para ayudarles.
Tobitas se embarca en su misión
Tobit, incapaz de trabajar a causa de su ceguera, envió a su hijo a la ciudad de Media para solicitar el pago de un préstamo. Tobías pidió a Tobías que contratara a un guía para que le acompañara en el viaje, por lo que recurrió a la ayuda de Azarías, que en realidad era el arcángel Rafael disfrazado.
¿Pero por qué se le retrata con un pez?
Cuando los dos compañeros llegaron al río Tigris, Tobías se detuvo para lavarse. Cuando se arrodilló en la orilla, un gran pez saltó del agua y lo asustó. Rafael instruyó a Tobías para que agarrara al pez por las aletas, lo matara y le quitara el corazón, el hígado y la vesícula. Le reveló a Tobías que la quema del corazón y el hígado ahuyentaría a los espíritus malignos, y que la vesícula biliar podría curar la ceguera. Así que Tobías saló los órganos para conservarlos, y los envolvió de forma segura para su viaje.
Azariah (Rafael) y Tobías viajaron entonces juntos hacia Media. En el camino, Rafael le habló a Tobías de Sara y le animó a tomarla como esposa, ya que era su único pariente elegible. Tobías tenía miedo de casarse con ella, temiendo morir como los otros siete maridos de Sara; pero Rafael le aseguró que el corazón y el hígado del pez le protegerían.
Tobías aceptó, y él y Sara se casaron. Después de la ceremonia, el padre de Sara -triste porque creía que Tobías correría la misma suerte que los otros siete maridos de Sara- cavó una nueva tumba junto a su casa, al lado de las otras siete tumbas. Pero cuando Tobías y su nueva esposa, Sara, fueron a su dormitorio esa noche, Tobías desenvolvió el corazón y el hígado del pez y los puso sobre las brasas de la chimenea. El espíritu maligno apareció, como lo había hecho siete veces antes; pero Tobías avivó el humo amargo hacia él y el espíritu huyó chillando de la habitación.
A la mañana siguiente, la pareja de recién casados salió entera y sonriente de su habitación. Los padres de Sarah, llenos de alegría, celebraron con ellos durante 14 días. El padre de Sara dio a los recién casados la mitad de sus propiedades, con la promesa de que heredarían la otra mitad a su muerte. Luego, la pareja se puso en marcha hacia Nínive.
Una alegre vuelta a casa
Al acercarse a la casa de Tobit, Tobías vio a su anciano padre ciego tropezando hacia ellos en el camino. Tobías corrió hacia adelante y ungió los ojos de su padre con la hiel del pez, y Tobit recuperó la vista. Abrazó a su hijo y a su nueva esposa y los acogió con alegría en su casa.
Cuando Tobías le contó a su padre cómo Azarías (Rafael) le había ayudado en su viaje y había curado la ceguera de Tobit, éste mandó llamar al guía para recompensarle. Pero cuando Rafael se presentó ante Tobit, éste les reveló quién era en realidad y luego desapareció repentinamente de la vista.
Oración a San Rafael, Arcángel
Bendito San Rafael, Arcángel,
te suplicamos que nos ayudes en todas nuestras necesidades y pruebas de esta vida,
como tú, por el poder de Dios, le devolviste la vista a Tobit
y guiaste al joven Tobías.
Solicitamos humildemente tu ayuda e intercesión,
para que nuestras almas sean sanadas,
nuestros cuerpos protegidos de todos los males,
y que por la gracia divina lleguemos a ser aptos para morar
en la Gloria eterna de Dios en el Cielo.
Amén.