¿Por qué los que vencieron el TOC lo superaron?
En la divertida e ingeniosa película de animación «Los Croods» hay una escena cerca del final en la que los personajes, la familia de cavernícolas, tienen que tomar una decisión que puede poner en riesgo sus vidas, para colmo no saben qué va a pasar, ni en qué dirección se dirigen. Con ello el escritor y el director intentan explicar el misterio de la evolución humana.
Durante la terapia dirigida a los Trastornos Obsesivos que impartimos aquí en IPITIA y el método AFOP® que he desarrollado, hay un momento en el que el paciente debe dar un «salto» simbólico a nivel evolutivo. Lo que quiero decir con esto es salir de su espacio mental conocido y entrar en una zona psíquica desconocida. No estamos hablando simplemente de la expresión trillada de «salir de su zona de confort». Es mucho más que eso, hay que asumir el riesgo de ser uno mismo a través de la lucha, la lucha por alcanzar un determinado objetivo. llegar al deseo, luchar contra el miedo.
Entonces, ¿cómo y por qué se consigue eso?
En primer lugar y fundamentalmente viene a través de la regularidad y la perseverancia con el tratamiento.
En segundo lugar, es saber que el espacio terapéutico, la sala de reuniones de psicología como yo la llamo (no sin cierta sensación de anacronía), en la que nos reuniremos cada semana o cada quince días es un espacio de preparación y ensayo para el verdadero trabajo terapéutico que se realiza dentro de los contextos de la vida real.
En tercer lugar, es entender que la terapia no se basa en aprender a manejar las obsesiones, ni en aceptar el Trastorno Obsesivo Compulsivo como algo crónico con lo que hay que vivir. No se trata de dar consejos sobre qué hacer cuando se presentan las obsesiones y los rituales ni de analizar a través de un complejo paradigma el significado profundo del contenido obsesivo. Aquí trabajamos para liberar de la prisión interna en la que están atrapados nuestros pacientes.
¿Cómo lo hacemos?
Activando los componentes primitivos en su organismo e integrando, y esto se aplica tanto a hombres como a mujeres, el lado femenino -lo que Jung llamaría el «animus». Este es el origen del título de mi libro, «Liberar al mono, salvar a la princesa».
¿Qué es necesario para que esto ocurra?
El paciente tiene que emprender ciertas acciones en su vida. Si no las realiza o si sólo hace una simulación no obtendrá ningún resultado. Todo lo que parezca una ruptura o transgresión y no se salga del espacio mental conocido en el que navega, no servirá de nada.
Llega un momento en el transcurso de la terapia en el que necesitas atreverte a ti mismo y esto significa ser capaz de actuar, de desplegarte, de conectar contigo mismo, de romper las barreras y los prejuicios innecesarios que no son más que la expresión de los miedos que impiden la expresión de tu auténtico yo.
Siempre digo que quien supera un trastorno obsesivo lo hace porque ha cambiado considerablemente su vida. En cierto sentido lo que se quiere decir con esto es que no puedes superar el TOC si no te atreves a cambiar tu vida.
¿Esto significa dejar a tu pareja, a tu familia, el lugar donde vives, tu gato…? No. Significa cambiar la forma en que te relacionas con tu entorno, entre otras cosas, y sí pasar de la sobreadaptación a la espontaneidad y a la liberación tanto de la inhibición como de los miedos.
No es difícil superar un trastorno obsesivo pero es necesario seguir ciertos pasos y para que eso sea posible nadie puede dejarse anclar en la cobardía.
Si empiezas, tienes que ir a por ello. Eso es lo que hacemos aquí en IPITIA.
Damián Ruiz
Psicólogo Clínico
Analista Junguiano
Director de IPITIA