¿Alguna vez ha visto un adorno de pepinillos en la tienda o en el árbol de Navidad y se ha preguntado por qué parecen mucho más populares que, por ejemplo, un adorno de manzana, un adorno de beicon o cualquier otro alimento más frecuente o querido? Resulta que estos adornos de pepinillos representan una tradición con un origen un tanto misterioso y controvertido
Sólo tiene que escribir «adorno de pepinillos» en su motor de búsqueda favorito o en un sitio de compras en línea, y es probable que se encuentre con una plétora de parafernalia de pepinillos, desde los propios adornos hasta camisetas que celebran la tradición. Estos productos suelen ir acompañados de una breve descripción de la tradición, en la que se explica que es una antigua costumbre alemana esconder un adorno de pepinillos en el árbol en Nochebuena y que, en la mañana de Navidad, el primer niño que descubra el pepinillo podrá abrir el primer regalo o (como se indica en el envoltorio de otros adornos) un regalo extra especial de San Nicolás. Nicolás.
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El problema de esta tradición «alemana», sin embargo, es que los alemanes no la conocen. En noviembre de 2016, YouGov encuestó a más de 2.000 alemanes y descubrió que el 91% de ellos nunca había oído hablar de la tradición Weihnachtsgurke, o el pepinillo de Navidad. Es más, las costumbres navideñas alemanas no coinciden con el calendario de regalos de los pepinillos. En Alemania, San Nicolás llega el 6 de diciembre, y los niños alemanes abren los regalos en Nochebuena y no en la mañana de Navidad. Así que si no es realmente una tradición alemana, ¿de dónde viene?
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Una versión de la historia dice que es una tradición del sur de Estados Unidos, que proviene de la Guerra Civil. Se cuenta que un soldado del ejército de la Unión nacido en Alemania, John C. Lower, fue capturado por el ejército confederado y enviado a un campo de prisioneros en Andersonville, Georgia. Como le iba muy mal, le pidió a un guardia un último deseo: un pepinillo. El guardia accedió, y el soldado Lower recibió su pepinillo y recuperó la salud: ¡qué superalimento! Atribuyendo su buena suerte a ese pepinillo, comenzó la tradición de los adornos de pepinillos con su familia en Pensilvania, donde se extendió a Virginia y al Sur.
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Otra versión, más sórdida, del origen de la tradición tiene su origen en el propio San Nicolás. En algún momento después del año 280 d.C., tres niños pidieron comida y cobijo a un carnicero, pero en lugar de ayudarles, los descuartizó y los metió en un barril de conservas (¡qué grosero!). Siete años más tarde, San Nicolás pasó por allí, se dio cuenta de lo que había pasado y devolvió milagrosamente la vida a los niños. Esta truculenta historia se traduce en la tierna tradición de que San Nicolás tiene un regalo extra para quien encuentre el adorno de pepinillos escondido. Una última teoría sobre esta tradición (posiblemente) del Medio Oeste de EE.UU. es que un vendedor estadounidense se inventó todo el asunto para descargar un excedente de adornos de pepinillos. Lo que hace más interesante esta teoría es que, según el New York Times, un representante de una afamada región alemana de adornos de cristal no se enteró de la tradición hasta los años 90, durante una visita a Michigan. Sascha Müller llevó la historia al centro de vidrio de Lauscha, en el este de Alemania, y ahora fabrican 50.000 adornos de pepinillos cada año para hacer frente a la nueva demanda de esta tradición no tan alemana.
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Ya sea por el deseo de un soldado moribundo, por San Nicolás resucitando a los niños en escabeche o por un buen plan de marketing americano a la vieja usanza, no faltan adornos navideños en escabeche que te ayuden a ganar ese regalo extra. En cuanto a mí, me gustaría pensar que todavía no hemos encontrado el verdadero origen, probablemente algún pueblo alemán secreto y escondido, todavía sin descubrir, todavía riendo mientras el mundo trata de averiguar su tradición de adornos de pepinillos. Algún día te encontraremos, Gurkedorf.
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Imagen de cabecera cortesía de DustyPixel / E+ / Getty Images