Cómo dejar de vivir con miedo

El miedo tiene la capacidad de alterar nuestra percepción de la realidad de muchas maneras diferentes. Hay dos tipos de miedo: un miedo directo agudo, que salva la vida, que aumenta nuestra conciencia, y un miedo indirecto que se escabulle lentamente, que disminuye nuestra conciencia. La misma emoción básica -el miedo- produce resultados completamente diferentes, dependiendo de cómo entre en nuestra realidad y de cómo nos enfrentemos a ella.

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Estar en medio de un accidente de coche, con miedo a perder la vida, aumentará tu conciencia, agudizará tu percepción del tiempo y el espacio, y activará tu pensamiento y tus acciones. Este es un ejemplo de miedo directo agudo que salva vidas. La adrenalina en tu torrente sanguíneo te hará estar alerta y pensar con rapidez. Este tipo de miedo en realidad te da poder al «decirte» lo que tienes que hacer ahora mismo para salvarte de un peligro mortal. Tu atención se centra en el momento presente y cuando el peligro inmediato ha pasado, tienes tiempo para recuperarte descansando tu mente y dejando que tu cuerpo regule la adrenalina de nuevo a niveles normales.

Por el contrario, recordar continuamente cosas negativas sobre las que aparentemente no tienes control -por ejemplo, la noción de que, hagas lo que hagas, nunca serás «lo suficientemente bueno», o la perspectiva de perder tu trabajo o el miedo a un «virus invisible» o a la «guerra contra el terror»- reducirá tu conciencia, estrechará tu percepción de tus opciones y estancará tu sentido del tiempo y del espacio. Aristóteles define este tipo de miedo como «el dolor que surge de la anticipación del mal» porque centra tu atención y tu conciencia en un futuro peligroso y desconocido, haciéndote creer que necesitas un salvador externo que te rescate de la amenaza imaginaria y persistente.

Lo anterior es un ejemplo de miedo indirecto y lento. La adrenalina inicial en tu sangre se convertirá con el tiempo en toxinas que no sólo alteran tu mente ralentizando tu pensamiento e impidiendo que tomes acciones alineadas con lo que realmente eres, sino que realmente causan decadencia en tu cuerpo.

El miedo indirecto lentamente colado es también un generador de enfermedades. Desencadena frecuencias desarmónicas en tu cuerpo que, aunque se disfrazan como un ingrediente «normal» de tu realidad cotidiana, reducen efectivamente la calidad de tu vida con el tiempo. La poetisa y novelista francesa Anaïs Nin nos recuerda que «la vida se encoge y se expande en proporción a su valor». Si quieres prosperar en tu vida, debes tener el valor de decir «no» al miedo, porque cuanto más miedo permitas en tu mente, más pequeña será tu vida. Encuentra las fuentes de tu miedo, nómbralas y ten el valor de desprenderte de ellas. Por ejemplo, apaga la televisión, no cotillees y evita leer la prensa sensacionalista y las revistas menos serias.

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Hay un proverbio japonés que dice: «El miedo es tan profundo como la mente lo permite». Lo que esto significa es que tú eres el guardián de tu mundo interior. Tú decides lo que ocupa tu mente. Tú eliges dónde pones tu conciencia.

Así que la buena noticia aquí es que puedes limitar el efecto del miedo indirecto que se cuela lentamente en tu mente y en tu cuerpo eligiendo activamente no dejar que tu entorno te influya para que habites en pensamientos negativos durante períodos de tiempo más largos.

Por ejemplo, la realidad nunca es tan temible y peligrosa como la presentan los medios de comunicación y quieren que creas: mira tu entorno inmediato, mira la naturaleza que te rodea. No hay que temer nada en este momento. Todo es como es, como una intrincada danza que cambia lentamente entre la quietud y el movimiento. Eso es todo.

LO BÁSICO

  • ¿Qué es el miedo?
  • Busca un terapeuta para combatir el miedo y la ansiedad

Otra forma rápida de deshacerte de las influencias negativas de tu entorno es seleccionar conscientemente a tus amigos y otras personas con las que te relacionas. A veces, necesitas simplemente decir «no» a los demás y «sí» a ti, para que puedas darte tiempo a recrear la paz en tu mente y tu cuerpo.

Si hay algo que te llevas de este post, que sea este atajo para reducir el miedo en tu vida.

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Empieza a elegir conscientemente:

  1. Con quién pasas el tiempo.
  2. Cómo pasas tu tiempo.
  3. Qué permites que habite en tu mente.

… y te irá bien.

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