¿Pueden los planetas ser más grandes que sus estrellas anfitrionas?

Cuando se miran los confines de nuestro sistema solar y se observa lo grande que es el Sol en comparación con Júpiter, el planeta más grande del sistema solar, puede ser difícil conceptualizar un caso en el que un planeta pueda ser más grande que su estrella anfitriona. Se pueden contar historias similares sobre exoplanetas que residen en otros sistemas estelares, donde esas estrellas pueden ser cientos de veces más grandes que nuestro Sol.

Así que, con esto en mente, ¿es posible que un planeta sea más grande que su estrella anfitriona? La respuesta corta es «sí, sería posible». Pero, como es de esperar, los detalles que hacen que esta afirmación sea cierta pueden llegar a ser un poco más complicados de lo que parece y todavía no ha sido observado directamente por los astrónomos en la actualidad.

Como regla general, la gran mayoría de las estrellas anfitrionas observables son considerablemente más grandes que los exoplanetas que las orbitan. Pero podría haber algunos casos en los que los exoplanetas pueden parecer más grandes que la estrella anfitriona, como cuando la estrella anfitriona es una estrella de neutrones o una enana blanca en lugar de una variante más tradicional como nuestro Sol.

Y aquí es donde las cosas empiezan a complicarse. Aunque estos hipotéticos exoplanetas podrían parecer más grandes a primera vista, eso es porque sólo serían más grandes volumétricamente. En términos de masa, las estrellas de neutrones o enanas blancas podrían contener materia de diez masas solares en una mancha del tamaño de una ciudad metropolitana.

Una estrella de la variedad mencionada sería teóricamente lo suficientemente adecuada como para sostener un sistema solar tan grande o incluso más grande que uno como el nuestro, pero debido a las circunstancias que rodean a su tamaño, visualmente parecería más pequeña que un planeta como Júpiter a pesar de ser más masiva.

Otro candidato complicado para hacer cierta esta afirmación son las estrellas enanas rojas o marrones. Algunas de las estrellas más pequeñas de la secuencia principal tienen un radio de unos 70.000 kilómetros, mientras que algunos de los mayores exoplanetas conocidos miden casi el doble. Sabemos que este tipo de circunstancias existen, pero todavía no hemos observado un caso en el que ambos residan juntos en un mismo sistema en la naturaleza, y ése es uno de los mayores retos para responder a esta pregunta que lleva años planteándose.

Es realmente alucinante…

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