Las personas que tienen compañeros de trabajo o seres queridos que posponen crónicamente las cosas hasta el último momento a menudo sienten que el procrastinador es deshonesto o que les miente con frecuencia. La verdad es que los procrastinadores se mienten a sí mismos. Se racionalizan y ponen excusas a sí mismos mucho más a menudo que a los demás. Cuando dicen que van a empezar algo de inmediato y luego no lo hacen, en realidad lo creían cuando lo dijeron.
La procrastinación es la forma más fácil de prepararse para el fracaso. Si tienes problemas con esto, hay muchos recursos que pueden ayudarte. No es algo que vaya a desaparecer y no es un signo de falta de disciplina. Para hacer un cambio, primero tienes que determinar qué es lo que te hace posponer las cosas. Para algunas personas, es la adrenalina de trabajar hasta el último minuto. Para otros, es más bien una técnica de evasión. Los perfeccionistas y los que tienen miedo al fracaso o al éxito aplazan las cosas porque prefieren que la gente crea que no se han esforzado lo suficiente en lugar de pensar que no son capaces. El otro tipo de procrastinador es alguien a quien le cuesta tomar una decisión.
Una vez que sepas cuál es la causa de que pospongas las cosas, podrás dar los pasos necesarios para sanar y ser más eficaz tanto en tu vida profesional como en la personal.