Sabemos bastante sobre Ötzi el Hombre de Hielo, el individuo de 5.300 años de edad cuyos restos, extraordinariamente bien conservados, se encontraron en los Alpes italianos en 1991. Sabemos que Ötzi fue asesinado; le dispararon una flecha que le atravesó la axila hasta la arteria subclavia. Sabemos que estaba cubierto de tatuajes, que había afilado sus herramientas poco antes de ser asesinado, que tenía una voz ronca, que era intolerante a la lactosa. Y ahora, como informa Laura Geggel para Live Science, los investigadores han reunido una imagen de lo que comió Ötzi justo antes de morir: una comida abundante y grasosa.
En un estudio publicado recientemente en Current Biology, los investigadores explican cómo utilizaron técnicas microscópicas para analizar el contenido del estómago de Ötzi; el equipo estaba formado por expertos en los estudios de material genético, grasas, proteínas y metabolismo.
Los científicos sólo han podido acceder recientemente al estómago del Hombre de Hielo; durante muchos años después del descubrimiento de su cuerpo, los investigadores no pudieron encontrarlo. Sin embargo, en 2009, las tomografías computarizadas revelaron que el estómago de Ötzi había sido empujado hacia arriba mientras su cuerpo se momificaba. Otras investigaciones revelaron que el contenido de su estómago estaba muy bien conservado. En el nuevo estudio, los investigadores pudieron determinar que poco antes de ser asesinado, Ötzi comió granos cocidos y carne curada.
El reciente estudio profundiza en el contenido del vientre de Ötzi; según un comunicado en el que se anuncia la nueva investigación, es el «primer análisis en profundidad del contenido del estómago del Hombre de Hielo». El equipo pudo identificar 167 proteínas animales y vegetales en el estómago de Ötzi, y también determinó los componentes de su última comida: cereales hechos de trigo einkorn, junto con carne de ciervo y de íbice. Según George Dvorsky, de Gizmodo, el 46% del contenido de su estómago estaba compuesto por residuos de grasa animal.
La grasienta última cena del Hombre de Hielo «tiene todo el sentido del mundo», afirma Frank Maixner, microbiólogo del Instituto de Investigación Eurac para el Estudio de las Momias, en Italia, y coautor del estudio. Como vivía en una región fría y alpina, Ötzi necesitaba mantener un alto nivel de energía y nutrientes para evitar la pérdida rápida de energía y el hambre. Y parece haber descubierto la mejor dieta para prosperar en este duro entorno: una mezcla de carbohidratos, proteínas y grasas animales de alto valor energético.
Una dieta rica en carnes grasas también explicaría por qué Ötzi tenía una salud cardiovascular más bien pobre; un estudio publicado a principios de este año demostró que tenía placa endurecida alrededor del corazón, lo que lo ponía en riesgo de sufrir un ataque cardíaco. Pero Albert Zink, otro de los coautores del estudio, dice a Dvorsky que la última comida del Hombre de Hielo «probablemente no refleja su dieta general». Puede que estuviera almacenando grasas para prepararse para un viaje a las montañas, lo que podría ser la razón por la que estudios anteriores han demostrado que viajaba con carne curada.
No está claro por qué la carne procedía de animales salvajes y no de animales domesticados. Ursula Wierer, arqueóloga de la Soprintendenza Archeologia de Florencia (Italia), que no ha participado en el nuevo estudio, dice a Dvorsky que los «contemporáneos» de Ötzi sabían cómo criar y criar ganado, por lo que la presencia de carne de animales salvajes es «interesante». ¿Era Ötzi un caso atípico en su comunidad, o su última comida habría sido diferente si no se hubiera estado preparando para su viaje a las montañas?
Otro hallazgo curioso del reciente estudio fueron los rastros de helecho, un tipo de helecho, en el estómago de Ötzi. El helecho es venenoso, y la razón por la que el hombre de hielo lo comía sigue siendo un misterio. Puede que lo utilizara para envolver su comida y lo ingiriera sin querer. O, según explica Zink a Geggel de Live Science, puede que lo comiera con la esperanza de ahuyentar a los parásitos intestinales que se encontraban previamente en su intestino. Los autores del estudio señalan en su informe que «el helecho sigue siendo consumido hoy en día por diferentes pueblos indígenas» como medicina, a pesar de la toxicidad de la planta.
El análisis de la última comida de Ötzi aporta una importante información sobre los hábitos alimenticios y de preparación de los alimentos durante la Edad del Cobre. En el futuro, los investigadores esperan reconstruir el microbioma intestinal del hombre de hielo y averiguar cómo se comparan las bacterias de su vientre con las de los humanos modernos.