Durante los últimos 80 años se ha prestado una atención considerable a los beneficios derivados del consumo de productos lácteos que contienen Lactobacillus acidophilus. La mayoría de los trabajos anteriores se referían al uso de la leche fermentada con Lactobacillus acidophilus para tratar infecciones intestinales. Estudios más recientes se han centrado en otros aspectos de la salud o en los beneficios nutricionales que podrían derivarse de este organismo. Estos estudios han demostrado que el consumo de productos lácteos que contienen L. acidophilus tiene el potencial de 1) prevenir o controlar las infecciones intestinales, 2) mejorar la digestión de la lactosa en personas clasificadas como maldigestoras de lactosa, 3) ayudar a controlar los niveles de colesterol sérico y 4) ejercer una actividad anticancerígena. Según los conocimientos más recientes sobre L. acidophilus, una sola cepa del organismo probablemente no producirá todos estos beneficios a niveles óptimos. Será necesaria una cuidadosa selección de cepas específicas de L. acidophilus combinada con procedimientos adecuados de producción y manipulación para garantizar que los consumidores reciban los beneficios deseados.